sábado, 21 de enero de 2017

SOBRE LA INCOMBUSTIBILIDAD


La quema de brujas durante la época de la Inquisición, trae una historia en que vale la pena detenerse. un caso extraordinario y correctamente documentado. Es el caso de Myriam Harris, una bruja incombustible.

Según cuenta el relato, habiendo sido condenada a la hoguera, ella misma advirtió al obispo que poseía la cualidad de ser incombustible, e incluso aconsejó el estrangulamiento para su exitosa ejecución, o bien ser atada a la boca de un cañón. Sea porque el obispo no le creyó o porque el rito exigía de la purificación, su advertencia fue desoída.


El día prefijado se la ató a una cruz sobre un montículo de maderas resecas y se le prendió fuego. Al extinguirse las llamas, tal cual había previsto apareció su figura indemne; las mejillas pálidas por la estancia de meses en un calabozo estaban ligeramente sonrosadas, dándole un aspecto más vital y saludable. Algunos de los curiosos que habían presenciado la ejecución salieron corriendo, y entre el asombro y el temor gritaban “¡milagro, milagro!”. Compasivamente, sus fallidos ejecutores tendieron a un costado de la pira al rojo vivo, una alfombra mojada que, al ser pisada por los pies de Myriam Harris, producía un fuerte siseo y una nube de vapor que demostraba fuera de toda duda, su milagrosa resistencia al calor. Al ser desatada por los guardianes, cosa que no resultó sencilla pues tenían que pisar las brasas incandescentes, Myriam Harris dijo: “tengo frío, este invierno es muy crudo. ¿Podéis volver a encender el fuego?” 

Como una nueva ejecución no era posible puesto que la que Dios a través del obispo dispuso ya se había llevado a cabo, se llegó a la conclusión de que Harris había sido exitosamente purificada y fue dejada en libertad. 


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